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Balance del sistema financiero: encaminado hacia la recuperación

El año 2021 cerró con los créditos creciendo, con una mejora en la calidad de cartera y en los indicadores de rentabilidad y con colchones de capital por encima de los exigidos por la Ley.

Al cierre del año 2021, cerca de cumplir el segundo año del estado de emergencia nacional, debido a la pandemia del Covid-19, las colocaciones de créditos sin considerar los programas de gobierno[1] continuaron con la tendencia creciente que se inició en marzo de ese año, logrando niveles de variación anual de cartera superiores a los registrados antes de la pandemia. La cartera total de créditos creció 7.0% anual; mientras que la cartera sin considerar los créditos de programas de Gobierno aumentó 12.7%. El saldo de la cartera total ascendió a S/ 396,873 millones con un 11.1% correspondiente a los programas de Gobierno, que totalizaron S/ 43,976 millones, menor a los S/ 57,546 millones reportados a diciembre 2020.

 

Por tipo de crédito, los créditos mayoristas[2], sin considerar los programas de Gobierno, aumentaron por encima de los valores pre pandemia desde mayo 2021, alcanzando un crecimiento anual de 17.9% a diciembre 2021; mientras que los créditos a la micro y pequeña empresa (MYPE) recién superaron los valores pre pandemia a partir de noviembre 2021 y reportan un crecimiento anual de la cartera de 12.4% a diciembre 2021. Por el lado de personas naturales, los créditos hipotecarios han sido los menos afectados, alcanzando un crecimiento anual promedio de 9% en los últimos seis meses; en tanto que los créditos de consumo todavía no alcanzaron sus valores pre pandemia, registrando un crecimiento anual de 3.9%.

Con relación a la calidad de cartera, se observó una mejora respecto a los niveles más altos de deterioro desde que se inició la pandemia. Así, a diciembre 2021, la cartera de alto riesgo[3] del portafolio total fue 6%, manteniéndose estable desde marzo 2021. El ratio cartera de alto riesgo en el portafolio de consumo se redujo a 5.5% a diciembre 2021, debido a que la mayoría de las pérdidas por el impacto de la pandemia se han reconocido en los últimos meses del año anterior y primeros de este año. En el caso de la cartera mayorista, se observó un incremento, registrando un nivel de 5.6%.

Durante el año 2021, la cartera de créditos reprogramados continuó mostrando una tendencia decreciente, totalizando S/ 46.3 millones al cierre del año (S/ 17 millones corresponde a los reprogramados de los programas de Gobierno) [4], lo que representa el 11.7% del total de créditos directos. Por tipo de crédito, se observó la misma tendencia, siendo la cartera MYPE la que presentó un mayor porcentaje de reprogramados (18.7%).

Con la finalidad de reconocer el mayor riesgo de los créditos reprogramados, la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) ha requerido la constitución de mayores provisiones. En diciembre 2020, la SBS emitió una disposición[5] requiriendo, para los créditos MYPE y de consumo de las entidades financieras, que se aplique tasas de provisiones correspondientes a un crédito con problema potencial (CPP) a la cartera reprogramada calificada como norma; y que se apliquen tasas de provisiones correspondientes a un crédito deficiente a los intereses devengados de cartera reprogramada “parada” (deuda reprogramada por la cual no se han realizado pagos o se ha realizado un solo pago en los últimos seis meses). Posteriormente, en diciembre 2021, se emitió una nueva disposición[6] que incrementó las provisiones requeridas para los créditos reprogramados “parados”, considerando una clasificación deficiente y dudoso para el capital de los créditos reprogramados “parados” con seis meses y 12 meses, respectivamente; y se requirió provisionar como pérdida los intereses devengados[7], en ambos casos. Además, esta última disposición amplió su alcance para incluir también a la cartera mediana empresa. Cabe destacar que, al cierre del año 2021, la cartera que requiere estas mayores provisiones se ha reducido, alcanzando el 11.6% de la deuda reprogramada, lo que representa un 1.4% respecto al total de créditos del sistema financiero (S/ 5,361 millones). Por lo tanto, el impacto por el deterioro de la cartera reprogramada en el año 2022 sería limitado debido a la menor proporción de estas operaciones respecto al total de créditos y el incremento de las provisiones reconocidas para mitigar su impacto.

Desde el inicio de la pandemia, el sistema financiero ha constituido de manera prudencial provisiones voluntarias, mejorando sus niveles de cobertura para afrontar los deterioros de la cartera de créditos. A diciembre 2021, el sistema financiero contaba con S/ 5,929 millones de provisiones adicionales a las requeridas para cubrir deterioros de cartera, lo que representaba un 24% del total de provisiones y un 1.6% del total de créditos directos, a diferencia de febrero 2020, cuando las provisiones voluntarias representaba 14% del total de provisiones y 0.8% del total de créditos directos.

El repago de los créditos, principal fuente de ingreso de las entidades financieras, mantuvo la recuperación mostrada desde su nivel más bajo alcanzado en abril 2020, acercándose a los niveles prepandemia. Previo a la pandemia, los deudores mantenían en promedio una reducción del 6.3% del saldo capital mes a mes; en abril 2020, alcanzaron su nivel más bajo de 1.6%, y desde entonces presentaron una recuperación sostenida, alcanzando un nivel de 5.9% a diciembre 2021. De manera similar, se observó que, a medida que ha ido disminuyendo el porcentaje de créditos reprogramados, ha aumentado el porcentaje de deudores que reducen capital respecto al mes anterior, pasando de un mínimo de 33% en mayo 2020 a 67% en diciembre 2021.

La pandemia impactó severamente la rentabilidad del sistema financiero, la cual mostró indicadores decrecientes desde marzo 2020 y cuya recuperación se empezó a observar desde marzo 2021. El deterioro de los resultados durante el primer año de la pandemia se debió tanto a los menores ingresos por intereses como al mayor gasto por provisiones para créditos directos. A partir de marzo 2021, esta tendencia fue creciente debido a la mejora relativa en el gasto de provisiones, sumado a la mejora en el margen financiero por el crecimiento en las colocaciones; sin embargo, los niveles de rentabilidad aún se encuentran por debajo de lo reportado antes de la pandemia.

Pese a los efectos negativos ocasionados por la pandemia del Covid-19, el sistema financiero en su conjunto se mantiene resistente. La declaración del estado de emergencia nacional encontró a un sistema financiero con una posición solvente, que sumado a las medidas de reprogramaciones de créditos dispuestas por la SBS, el otorgamiento de los créditos con garantía de los programas del Gobierno sin mayores cargas de capital y la implementación de programas de fortalecimiento patrimonial (principalmente capitalización de utilidades, pero también aportes de capital y emisión de deuda subordinada), le han permitido afrontar estos 21 meses de crisis sanitaria y económica. Así, el ratio de capital global promedio del sistema financiero reporta un valor de 15% a diciembre 2021, muy por encima del mínimo legal de 8%[8]. Asimismo, el sistema financiero cerró el año con un colchón de capital de S/ 33,713 millones para afrontar potenciales contingencias, lo que representa el 45% del capital total (a febrero 2020 el colchón de capital representaba el 30% del capital total).

 

[1] Reactiva y FAE-MYPE, principalmente.

[2] Corporativo, grande empresa y mediana empresa.

[3] Cartera alto riesgo se define como la agregación de la cartera vencida, judicial, reestructurada y refinanciada.

[4] Dispuesto mediante Decreto de Urgencia N° 026-2021 (Reactiva Perú) del 06.03.2021 y DU N° 029-2021 (FAE-MYPE) del 07.03.2021.

[5] Resolución SBS N° 3155-2020 del 17.12.2020.

[6] Resolución SBS N° 3922-2021 del 23.12.2021.

[7] Cabe indicar que si bien la clasificación del deudor se mantiene según las normas SBS, se requiere a la empresa del sistema financiero realizar provisiones (mayores) correspondientes a una clasificación de mayor riesgo.

[8] Mediante Decreto de Urgencia N° 037-2021 se redujo temporalmente el límite global de 10% a 8% por el periodo de abril 2021 a marzo 2022; por lo que los requerimientos de patrimonio efectivo por riesgos de crédito y de mercado son menores durante dicho periodo.



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