¿Todas las comparaciones son odiosas? Cuando se trata de comparar al Perú en materia de tasas de interés respecto a otros países de América Latina, pareciera que algunos piensan que sí. Pero si la comparación se hace de manera correcta y usando toda la información disponible, no llega a ser tan odiosa. Es más, se rompen ciertos mitos.
Frecuentemente, se suele afirmar que los peruanos pagamos el costo más alto por los créditos en la región. Hace cuatro años, cuando se planteó aplicar controles de las tasas de interés, se sostenía que el Perú era el segundo país de Latinoamérica con las tasas de interés más altas en tarjetas de crédito, solo después de Brasil (350%), con una tasa de 150%. Después de estos países, se ubican México (52%), Chile (49%), Argentina (48%), Bolivia (30%) y Colombia (28%). Cuatro años después se vuelve a utilizar este mismo argumento, entre otros.
Conocer dónde se ubica el Perú frente a sus pares de la región en materia de tasas de interés es importante, pero se debe tener cuidado al realizar el ejercicio para evitar conclusiones erradas. Se suele comparar de forma errónea las tasas de costo efectivo anual (TCEA) que se publican en la página web de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), y que corresponden a indicadores a todo costo (considerando tanto tasas de interés como comisiones y gastos) calculados usando la tasa de interés máxima de cada empresa, con tasas de interés promedio de entidades financieras de otros países. Asimismo, muchas veces se comparan productos de diferente naturaleza. Sin embargo, si utilizamos la información correcta, encontramos que las diferencias entre Perú y sus pares de la región no son significativas.
Por ejemplo, en la exposición de motivos del proyecto de Ley Nº 5598/2020-CR -que propone la Ley de Regulación de las Tasas de Interés de las Empresas del Sistema Financiero en cumplimiento del artículo 84 de la Constitución-, se señala que un préstamo personal por S/ 1 000 a 12 meses está sujeto a una TCEA de 228,34% en Financiera Qapaq, 216,37% en Financiera Efectiva, 199,69% en la Edpyme Progreso, 152,5% en el Banco Azteca y 113,77% en Financiera Crediscotia; según lo publicado en la página web de la SBS. Sin embargo, no se indica que estas tasas de interés corresponden a las TCEA máximas de empresas especializadas en un crédito de consumo masivo; ni tampoco que, en la misma fecha, dichas entidades también publicaron TCEA mínimas para el mismo producto de 53,93%, 43,14%, 17,47%, 90,21% y 62,31%, respectivamente.
El caso de las tarjetas de crédito
En el caso de las tasas de interés de las tarjetas de crédito, si bien las tasas efectivas anuales (TEA) promedio pueden resultar más altas en Perú que las reportadas en Colombia o Chile, comisiones como la de mantenimiento o mantención (similares a la comisión de membresía) resultan superiores en estos dos últimos países. Esto, en razón que en países con control de tasas los bancos compensan el ingreso con mayores cargos por gastos o comisiones. Así, por ejemplo, en el caso de las tarjetas clásicas, mientras en nuestro país la comisión de membresía oscila entre S/ 0 y S/ 175[1] y se cobra de manera anual; en Colombia, la comisión de mantenimiento varía entre S/ 111 y S/ 215[2], mientras que en Chile, entre S/ 169 y S/ 351[3]. Además, si bien en Chile y Colombia existen controles a las tasas de interés, se observa también dificultades para el acceso al crédito formal de personas de bajos ingresos por su mayor perfil de riesgo, así como un crecimiento del mercado informal de préstamos.
Por otra parte, las TCEA publicadas por la SBS no corresponden a las tasas de interés efectivamente cobradas al usuario, sino a una tasa a todo costo referencial con fines de comparación; que incluye, además de la tasa de interés máxima para consumos correspondiente a la tarjeta de crédito en cuestión, el efecto de otras comisiones y gastos cobrados por los servicios complementarios provistos (tales como los seguros de desgravamen). Así, el costo efectivo real es menor para un grupo importante de clientes. Esta diferencia es muy relevante y se refleja, por ejemplo, en las TEA promedio para las tarjetas de crédito, que son marcadamente inferiores a las TCEA de ese producto.
TCEA y TEA promedio de tarjetas de crédito
Al 14 de julio de 2020
Entidad financiera
|
TCEA (%)
|
TEA prom. (%)
|
Banco de Comercio
|
93.53
|
23.05
|
Banco GNB
|
93.70
|
49.34
|
Scotiabank Perú
|
99.26
|
35.53
|
Banco de Crédito
|
99.86
|
37.51
|
BanBif
|
107.32
|
30.00
|
Interbank
|
112.94
|
53.35
|
Financiera Crediscotia
|
113.77
|
63.75
|
BBVA
|
121.76
|
45.82
|
Banco Falabella
|
124.70
|
50.86
|
Banco Pichincha
|
125.35
|
40.80
|
Banco Ripley
|
126.41
|
63.50
|
Financiera OH
|
128.06
|
66.97
|
CRAC CAT
|
129.24
|
85.42
|
Otro error es comparar las tasas de las tarjetas de crédito de Perú con las tasas de interés del crédito consumo de otros países. La diferencia entre ambas tasas es grande en cualquier país porque son productos distintos, no comparables. Generalmente, el crédito de consumo (en cuotas) es un producto de menor riesgo frente a la tarjeta de crédito que es un crédito revolvente (para empezar, porque el crédito de consumo en cuotas es de un solo uso, mientras que la línea de crédito revolvente de la tarjeta puede ser usada una y otra vez a decisión del usuario).
Cuando se comparan las tasas de interés de las tarjetas de crédito se debe hacer entre productos similares; es decir, productos que tengan requisitos similares de admisión (niveles de ingreso, antecedentes crediticios, tiempo en el centro de trabajo, etc.). Aunque no se puede afirmar de manera categórica que los requisitos son similares, pues depende del análisis de riesgo que realice cada entidad financiera, en el cuadro siguiente se muestran los costos de una tarjeta de crédito casi comparable, una Visa Clásica, en tres bancos (Banco de Crédito – Perú, BCI - Chile y Bancolombia – Colombia).
Costos de una tarjeta de crédito en Perú, Chile y Colombia
|
Perú
|
Chile
|
Colombia
|
Entidad
|
Banco de Crédito
|
BCI
|
Bancolombia
|
Producto
|
|
|
|
TEA Max (%)
|
80.00%
|
35.52%
|
27.17%
|
Comentario TEA (%)
|
|
Tasa máxima
convencional:
35.52%
|
Tasa usura:
27.18%
|
Membresía (Monto)
|
PEN
60
|
CLP
4 134
|
COP
23 200
|
Membresía (Anual en US$)
|
17,1
|
63,2
|
76,3
|
Membresía (Periodo)
|
Anual
|
Mensual
|
Mensual
|
El ejercicio se hace sobre la TEA máxima en el caso del banco peruano, la cual no siempre es la más representativa. A primera vista llama la atención la diferencia de tasas entre Perú y los otros dos países, en los que se aplican controles de tasas de interés[7]. Es importante recordar que la TEA está referida exclusivamente al interés compensatorio (no incorpora otros gastos y costos como los de membresía).
La TCEA peruana tiene una metodología muy particular que no se compara con otras tasas, inclusive con la CAE chilena que tiene el mismo objetivo. Así, por ejemplo, el cálculo de la TCEA en Perú para consumos revolventes de tarjeta de crédito tiene los siguientes supuestos: único consumo de S/ 1,000, a la tasa efectiva anual máxima de cualquier tipo de compra, no se realiza ningún consumo adicional, se efectúa el pago mínimo durante 11 meses y se incluye el seguro de desgravamen. Se considera un factor de revolvencia de 24. Finalmente, en el mes 12, se factura la comisión de membresía y el cliente repaga el total de la deuda remanente[8]. La metodología de la TCEA para tarjeta de crédito considera la tarjeta más representativa de cada entidad y toma la TEA más alta de todas las que puede cobrar la entidad financiera. Un cliente podría no pagar la comisión de membresía porque cumple las condiciones de consumo de la tarjeta, pero la TCEA de su producto la seguiría incluyendo en el cálculo, con fines de comparación.
Cuando se aplica la metodología de la TCEA peruana a los tres productos de la tabla anterior, el resultado es el siguiente:
Costos de una tarjeta de crédito en Perú, Chile y Colombia
|
Perú
|
Chile
|
Colombia
|
Tipo de cambio (moneda
local/dólar)
|
PEN
3,5
|
CLP
785,3
|
COP
3.650,8
|
Entidad
|
Banco de Crédito
|
BCI
|
Bancolombia
|
Producto
|
|
|
|
Saldo
|
PEN
1.000
|
CLP
223.883
|
COP
1.040.828
|
TEA máxima
|
80,00%
|
35,52%
|
27,17%
|
TCEA máxima – Metodología Perú
|
99,8%
|
75,91%
|
74,44%
|
|
54,66%
|
35,52%
|
27,17%
|
TCEA promedio – Metodología - Perú
|
72,72%
|
75,91%
|
74,4%
|
Como se observa, las diferencias a nivel de TCEA son menos significativas que si se comparan la TEA. Asimismo, debe anotarse que la TCEA que difunden las entidades, como se señaló anteriormente, toma la TEA máxima del tarifario, tasa de interés que no es la más representativa en el caso del banco peruano. Al hacer el mismo cálculo con la TEA promedio para la tarjeta indicada en el banco peruano, la TCEA se reduciría a 72.72%[13]; mientras que, en el caso de países donde existe control de tasas de interés, la TEA del producto se suele pegar al máximo permitido, convirtiéndose en la más representativa. En este sentido, realizando el cálculo de la TCEA con las TEA más representativas en cada país, se observa que la TCEA en Perú resulta inferior a las registradas en Chile y Colombia, aun considerando que en el caso peruano la TCEA considera el seguro de desgravamen que cubre a los herederos en caso de fallecimiento del titular asumiendo la deuda vigente. Otra diferencia a destacar es el cobro de la membresía. Como se observa en el cuadro, en el caso del banco peruano el monto asciende a US$ 17,1 frente a US$ 63,2 dólares del caso chileno y US$ 76,3 del caso colombiano.
Los bancos peruanos tienen una diversidad de tasas en una misma tarjeta de crédito. Dependiendo del producto, puede haber una tasa de interés para disposición de efectivo, otra para compras en cuotas, otra para el revolvente, etc. Un cliente podría solo usar su tarjeta para compras en cuotas, pero la TCEA de la tarjeta que usa será la máxima posible del producto revolvente. La CAE chilena alcanza menores niveles porque reparte los costos (de mantenimiento, de desgravamen y otros) entre los productos, por eso hay una CAE compras, otra CAE avances y otra CAE revolvente.
Como se puede apreciar, las diferencias de Perú frente a sus pares de América Latina no son significativas. Si vamos a comparar, hay que utilizar la información correcta, y encontraremos que nos ubicamos en el promedio de la región.
Esto no significa que no sigamos promoviendo una reducción de las tasas de interés, utilizando todas las herramientas disponibles en el mercado. Tal como señalamos (Boletín Semanal SBS N° 24), con esa finalidad, podemos proveer más información a través de la central de riesgos, incluyendo, por ejemplo, la información de las cooperativas de ahorro y crédito y las plataformas fintech. También, la información de los usuarios de las empresas que brindan servicios públicos permitiría a las entidades financieras realizar una evaluación crediticia más completa de los potenciales clientes, especialmente de los informales, para que este segmento pueda acceder a los servicios financieros.
La SBS sigue en su labor de desarrollar un marco regulatorio y de supervisión robusto de ordenamiento y eliminación de gastos y comisiones asociadas, entre otros, a operaciones de créditos, lo que ha permitido una mayor transparencia de precios. Un último esfuerzo en esta dirección han sido las modificaciones al Reglamento de Gestión de Conducta de Mercado del Sistema Financiero para incorporar una serie de disposiciones dirigidas a continuar implementando sanas prácticas por parte de las entidades financieras en beneficio de los usuarios (reglas mínimas para el tratamiento de clientes cuya capacidad de pago se ha visto afectada por una coyuntura adversa, la obligación de las entidades financieras a ofrecer una tarjeta de crédito sin costo de membresía y un listado de prácticas abusivas).
A esto se suma el impulso que se viene dando a los programas de educación financiera en todo el país con el objetivo de promover una inclusión financiera responsable. Es indispensable desarrollar competencias y capacidades en la población, con la finalidad de que los ciudadanos puedan administrar correctamente sus finanzas, tomar mejores decisiones financieras, evitar quedar expuestos a situaciones que afecten su bienestar financiero y negociar mejores condiciones crediticias pero sobretodo beneficiarse de las ventajas que la inclusión financiera ofrece.
[1] Información obtenida del aplicativo RETASAS de la SBS.
[2] Información obtenida de Comparabien.com.co.
[3] Información obtenida de Comparabien.com.cl
[4] https://www.sbs.gob.pe/download/TipoTasa/files/00129_1_15.htm y actualizada en la web del BCP - https://www.viabcp.com/tarjetas/credito-visa-clasica
[5] https://www.bci.cl/corporacion/tarifas-y-comisiones/files/tarifario-bci-tasas-consumo-y-tarjetas-de-credito
[6] https://www.grupobancolombia.com/personas/tarjetas-de-credito/visa/clasica
[7] Los topes de tasas se aplican a la TEA, no a la TCEA. Esta última tiene un fin de comparación incorporando todos los costos.
[8] Son tantos supuestos concurrentes que probablemente no exista un cliente que tenga ese patrón de consumo.
[9] https://www.sbs.gob.pe/download/TipoTasa/files/00129_1_15.htm y actualizada en la web del BCP - https://www.viabcp.com/tarjetas/credito-visa-clasica
[10] https://www.bci.cl/corporacion/tarifas-y-comisiones/files/tarifario-bci-tasas-consumo-y-tarjetas-de-credito
[11] https://www.grupobancolombia.com/personas/tarjetas-de-credito/visa/clasica
[12] Considera la TEA promedio del stock de tarjetas Visa Clásica del BCP.
[13] En el mercado peruano las tarjetas incluyen un seguro de desgravamen que protege a los herederos en caso de fallecimiento del deudor, asumiendo la deuda vigente; detalle que no se encuentra presente en todas las tarjetas de los otros países. En caso de eliminar el seguro de desgravamen y comparar solamente el costo de financiamiento puro, la TCEA de la tarjeta peruana indicada bajaría a 63.55%.