Los seguros tienen un rol clave en la sociedad y la economía, al proteger la salud y la estabilidad financiera de las personas y empresas. Frente a pérdidas o daños por eventos desafortunados, los beneficiarios de los seguros pueden concentrarse en aquellos aspectos que consideran más prioritarios, y retomar más pronto sus planes familiares, profesionales o de negocio.
Las inversiones de las empresas de seguro son fundamentales para que este rol se cumpla, porque generan los recursos que hacen posible el pago de los beneficios prometidos a los asegurados. Asimismo, la rentabilidad de las inversiones permite que las aseguradoras ofrezcan productos con primas más asequibles para el público o con mejores coberturas y condiciones.
Adicionalmente, los recursos invertidos por las empresas de seguros financian a diferentes actores en la economía, entre Estados, instituciones multilaterales, corporaciones y empresas, con un horizonte mayormente de largo plazo. De esta manera, estos agentes pueden emprender por ejemplo la construcción de infraestructura, desarrollar nuevos proyectos, o expandir sus negocios. Así, los beneficios de los seguros en la economía y en la sociedad se multiplican.
Por estas razones, las aseguradoras deben mantener una adecuada gestión de sus portafolios de inversión y de los riesgos asociados a todo este proceso, siguiendo principios básicos de seguridad, liquidez, diversificación y rentabilidad, y manteniendo una adecuada correspondencia (calce) con las características de las promesas que respaldan. Todo ello, cumpliendo con la regulación vigente y con las políticas y procedimientos definidos internamente.
Recientemente, las inversiones de las empresas de seguros del Perú han superado la valla de los 40 mil millones de soles, luego de mantener un crecimiento estable y dinámico durante los últimos años. Entre el 2008 y el 2018, su valor se ha multiplicado a un ritmo mayor al triple del crecimiento promedio de la economía del país (aproximadamente 14% por año). A su vez, el número de operaciones y la diversidad de los portafolios han aumentado, en la búsqueda de nuevas alternativas de inversión segura, en un contexto internacional y local complejos, caracterizados por una mayor volatilidad y menores tasas de interés.

Fuente: datos reportados por empresas de seguros a la SBS.
Respecto a la distribución de los portafolios de inversión de las aseguradoras peruanas, es importante considerar que ésta depende de las características de las obligaciones que respaldan, en términos de moneda, horizonte de inversión y estabilidad de resultados o flujos (principio de calce), así como de las características propias de los instrumentos ofrecidos en los mercados de capitales del Perú y del extranjero.

A la fecha, a nivel agregado, cerca del 78% se encuentra invertido en el ámbito local, y el 64% se denomina en soles. Las contrapartes corresponden principalmente a empresas financieras (31%), Estados (21%, de los cuales el 90% corresponde a la República del Perú), y entidades de servicios públicos (11%). La mayoría del total de inversiones corresponde a instrumentos de deuda (74%), con una duración concentrada entre los 6 y 9 años, de los que destacan bonos emitidos por entidades del sistema no financiero (33%), así como por Estados (20%) y empresas financieras (11%).

Asimismo, los activos inmobiliarios han ganado una participación destacable (7%), especialmente aquellos que generan rentas vía contratos de arrendamiento o usufructo, con horizontes de mediano o largo plazos. Hacia futuro, se espera que esta estructura se mantenga en términos generales, y que las inversiones en fondos mutuos o de inversión ganen un mayor protagonismo, en la medida que logren ofrecer alternativas que cubran las necesidades de seguridad, calce, diversificación, liquidez, y rentabilidad de las aseguradoras.
La SBS ha acompañado esta dinámica, evolucionando en el marco regulatorio aplicado a este campo, e innovando en sus herramientas y prácticas de supervisión. Al respecto, con el objetivo de implementar las mejores prácticas internacionales en la gestión de inversiones y de sus riesgos asociados, se ha incorporado, entre otros aspectos, principios de buen gobierno corporativo, requerimientos para la gestión de inversiones (selección y diversificación de activos a través de nuevas alternativas de inversión de una manera más flexible y activa), un marco complementario específico para la gestión de riesgos de inversiones (crédito, mercado, liquidez, inmobiliario y operacional), así como otros requisitos ligados al proceso de inversión, tales como la custodia de valores, y la selección de mandatos delegados e intermediarios financieros.
