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Retos y oportunidades de la implementación de los espacios de prueba -sandboxes- en el sector financiero

Dichos entornos para la innovación tecnológica se están abriendo paso en los países de Latinoamérica que vienen impulsando regulaciones asociadas a entornos regulatorios controlados.

El entorno

La demanda de servicios financieros digitales ha aumentado significativamente en los últimos años y ello se ha acelerado como consecuencia natural de las nuevas condiciones de trabajo. La pandemia por Covid-19 ha generado, sin duda, un impulso importante en la transformación digital, toda vez que un mayor uso de canales digitales y menores operaciones presenciales permiten reducir la posibilidad de contagio.

Estos cambios han llevado cada vez más a los reguladores a cuestionar si sus enfoques de regulación y supervisión siguen siendo adecuados para el entorno cambiante de los servicios financieros. En ese sentido, muchos reguladores de todo el mundo han adoptado el “sandbox regulatorio” como una herramienta que les permite proporcionar flexibilidad para que las empresas puedan probar, en un entorno controlado, nuevos productos o servicios financieros bajo la mirada de un supervisor. La atención particular que ha generado el uso de esta herramienta se basa en su potencial para permitir a los reguladores monitorear las oportunidades y riesgos asociados a las innovaciones, a la vez que permite a las empresas traer innovaciones al mercado de forma rápida y menos riesgosa.

Dichos entornos de pruebas para la innovación tecnológica financiera se están también abriendo paso en los países de Latinoamérica, como es el caso de México, Colombia y Perú, que vienen impulsando regulaciones asociadas a entornos regulatorios controlados.

Espacios de pruebas en México y Colombia

En México, la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera - Ley Fintech- publicada en el año 2018, contempla un esquema de autorización temporal conocido como “modelos novedosos” que busca ser equiparable a la figura de un sandbox regulatorio. Este régimen de modelos novedosos permite la realización de una actividad por tiempo limitado, para lo cual se debe cumplir con dos requisitos: que se considere una actividad innovadora; y, que, para la realización de dicha actividad, se requiera obtener alguna excepción o condicionante a las disposiciones regulatorias aplicables. La autorización temporal es de máximo dos años, con prórroga de un año adicional, a discreción de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).

En el caso de Colombia existe, por un lado, la Arenera, creada en el 2018 por la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC) como un espacio supervisado; y, por otro, el sandbox regulatorio originado en septiembre de 2020 por el Ministerio de Hacienda. La diferencia entre la Arenera y el sandbox regulatorio radica en que en el primero, los proyectos no requieren de una licencia para operar, ya que el supervisor otorga directrices para que se ajusten las políticas del producto, con el objetivo de que no generen riesgos, pudiendo participar tanto entidades vigiladas como no vigiladas. El sandbox regulatorio, por su parte, busca entregar una licencia temporal cuando una entidad vigilada quiere lanzar un producto que no es propio de su licencia. En este caso, el alcance es únicamente a las entidades vigiladas.

La propuesta en Perú

El Perú no es ajeno a la transformación digital y al incremento en número y complejidad de actividades innovadoras en las empresas financieras, de seguros y administradoras de fondos privados de pensiones, situación que genera la necesidad de adecuar y flexibilizar la regulación con el objetivo de acompañar el acelerado ritmo de cambio y facilitar la innovación de las empresas bajo nuestra supervisión. En este contexto, mediante el Decreto de Urgencia N°03-2020, se modificó la Ley General del Sistema Financiero, otorgándole a la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), la facultad de flexibilizar algunas exigencias regulatorias con el fin de que puedan realizarse modelos novedosos de manera temporal. Así, se ha publicado un proyecto de “Reglamento para la realización temporal de actividades en modelos novedosos”, que desarrolla estas capacidades; y, además, aborda otros asuntos relacionados en general a facilitar la innovación financiera y aclarar el ambiente regulatorio existente en torno a ella.

El proyecto de Reglamento establece que será aplicable al sistema financiero, de seguros y privado de pensiones, e incluye a empresas en funcionamiento, así como aquellas que cuentan con autorización de organización. Asimismo, establece tres regímenes para la realización de pruebas: (i) General, no requiere ser autorizado, y establece requisitos mínimos para probar actividades contempladas en el marco normativo vigente; (ii) De flexibilización, enfocado en aquellas soluciones que para ser probadas requieren que se flexibilice algún requerimiento normativo vigente; y (iii) Extraordinario, busca habilitar el espacio para probar actividades para las cuales no hay regulación específica. Para los dos últimos regímenes, las empresas requerirán autorización previa de la SBS, así como cumplir con los criterios de elegibilidad, que esencialmente se encuentran asociados a asegurar que la actividad a probar agregue valor a la experiencia del usuario o contribuya con el desarrollo de la industria en la que se encuentra.

Por otro lado, se incluye, en otros aspectos de importancia, la precisión acerca de que, si una empresa se encuentra autorizada para realizar una actividad, entonces también la puede realizar de manera digital. Asimismo, se establece un buzón de correo electrónico como canal para la comunicación de consultas, solicitud de reuniones e informar sobra las necesidades de adaptación normativa, así como la posibilidad de presentar solicitudes grupales y de coordinación institucional por parte de la Superintendencia para colaborar con otros sandboxes locales e internacionales.

Los retos y oportunidades

Contar con un sandbox regulatorio brinda oportunidades para las empresas, los reguladores y también para el desarrollo de los mercados, al habilitar espacios para que las empresas validen la viabilidad de sus iniciativas antes de realizar inversiones completas, asegurar el desarrollo de actividades bajo condiciones de control y protección a los participantes, reducir la incertidumbre sobre el marco regulatorio aplicable y permitir contar con una regulación que vaya al ritmo de las innovaciones, contribuyendo así con el desarrollo de un ambiente apropiado que permita impulsar soluciones innovadoras que traigan consigo beneficios para los clientes.

Empero su implementación también conlleva retos tanto para el regulador, como para las empresas. En tal sentido, el regulador debe buscar comunicar los aspectos necesarios que ayuden a un apropiado entendimiento del esquema y contar con el conocimiento técnico en materia de innovación, en la medida que las iniciativas poseen distintos niveles de disrupción y riesgo; además, de procurar el balance adecuado entre ser los suficientemente flexibles para facilitar la innovación, pero a la vez prudentes para proteger la salud financiera. Mientras que los retos de las empresas se encuentran principalmente asociados a la falta de conocimiento del marco regulatorio aplicable a determinados desarrollos, así como acerca de los requerimientos y condiciones de los regímenes de entornos controlados de pruebas que existan.

Finalmente, las actividades que los reguladores realicen para no limitar la innovación y la transformación digital de las empresas de la industria deben ser parte de un esfuerzo continuo, buscando mejoras que a su vez permitan a los usuarios acceder a mejores servicios financieros, incluyendo los digitales.



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