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Pagos digitales: tomando un nuevo impulso

La crisis que estamos atravesando brinda una oportunidad única para superar las limitaciones que frenan su desarrollo.

Reducir la posibilidad de contagio por COVID-19 requiere aumentar el uso de canales digitales y disminuir el contacto con dinero en efectivo. Ello no resulta sencillo debido a que aún existe una fuerte preferencia por el uso de efectivo en nuestra economía, que está muy asociada a la informalidad y  a la necesidad de mejorar la inclusión financiera. La difícil geografía del país y las brechas de infraestructura de comunicaciones son obstáculos a la superación de estos problemas. Cuando no existe un ecosistema digital desarrollado, con una red de aceptación de pagos digitales para realizar consumos y pagos para los beneficiarios, los pagos digitales pueden de hecho ser una escala transitoria hacia su conversión al efectivo.

El sistema financiero le está dando un mayor impulso a las soluciones digitales. Durante los últimos meses, las empresas del sistema financiero han desarrollado cuentas que pueden ser abiertas de forma remota y vienen impulsando productos que permiten la transferencia de dinero y la realización de pagos empleando sólo el teléfono celular. Asimismo, se ha implementado el cobro de bonos del Gobierno a través de cajeros automáticos y cajeros corresponsales; y, se vienen empleando las billeteras de dinero electrónico para canalizar ayuda, como fue el caso la iniciativa privada Bono Perú Unido. La Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) está próxima a emitir regulación que desarrolla mayores aspectos asociados a la identificación y autenticación digital. Sin embargo, mayores esfuerzos se requieren para facilitar una completa experiencia remota en todo tipo de pagos, con una adecuada seguridad jurídica, experiencia de usuario y fuertes sistemas de identificación y autenticación.

Se requiere una mayor inversión en infraestructura para lograr una mayor inclusión financiera, y así atender las necesidades de gran parte de la población. Ello se debe a que muchas personas aún no disponen de una cuenta bancaria o una billetera de dinero electrónico (aproximadamente el 60% de la población adulta en el año 2019), o poseen teléfonos móviles de baja gama que limitan los servicios a los que pueden acceder, a lo que se suman las brechas de conectividad móvil e internet.  Se carece de infraestructura para la cobertura móvil en zonas rurales y no se cuenta con un número suficiente de puntos de atención que permita facilitar sus transacciones y los beneficios que otorgue el Gobierno, o la liberación de fondos de ciertos productos, para contar con un ecosistema digital que incluya redes de aceptación ampliamente utilizadas en todas las regiones del país.  

Hay desafíos en el desarrollo del ecosistema de pagos digitales que requieren ser superados para que los servicios financieros disponibles escalen a nivel nacional. Las soluciones de dinero electrónico no siempre están integradas al sistema financiero. Hay desarrollos importantes de servicios financieros interoperables, pero es necesario contar con sistemas de pagos más completos y de mayor interoperabilidad,   que incluyan plataformas digitales bancarias y de dinero electrónico; y, en algunos casos, el acceso a adecuados sistemas de compensación electrónica aún es limitado para empresas reguladas y nuevos mecanismos y soluciones innovadoras.

Asimismo, una parte importante de los cajeros corresponsales continúa teniendo una relación exclusiva con alguna empresa bancaria, y no están completamente disponibles para una total interoperabilidad. La infraestructura financiera aún no está adecuada para aceptar todos los medios de pago disponibles (QR, teléfono móvil), aunque se aprecian importantes mejoras y desarrollo de nuevas plataformas que empiezan a lograr escala. Se enfrentan también algunos desafíos en materia legal y tecnológica, asociados a la identificación digital en cuanto al tratamiento de datos personales y estándares de seguridad, además de la protección jurídica asociada de los actos realizados en el mundo digital.

La crisis que estamos atravesando brinda una oportunidad única para superar las limitaciones de nuestro ecosistema de pagos digitales. Se trata de una oportunidad para desarrollar una oferta de productos más variada, que atienda las necesidades de los diferentes perfiles de cliente y que tenga como consecuencia la incorporación de un número mayor de personas al sistema financiero; y, que fomente una mayor interoperabilidad y un mayor despliegue de los servicios financieros.

El reto de los reguladores es procurar que el marco legal evolucione al ritmo de los avances de la industria financiera y de las soluciones innovadoras, con respuestas flexibles y proporcionales a los riesgos involucrados, cuando se encuentre expuesto el interés público. Debemos  procurar un adecuado balance entre los diversos objetivos que perseguimos como los de estabilidad e integridad financiera, una apropiada conducta de mercado, y un ambiente competitivo. En los últimos meses, la SBS ha dispuesto el incremento de los límites para las operaciones con cuentas básicas y cuentas de dinero electrónico, y la simplificación de los mecanismos de garantía para los fondos en dinero electrónico. Además, se propuso y coordinó la emisión del Decreto de Urgencia N° 056-2020, que viabiliza la apertura de cuentas a los beneficiarios de los fondos otorgados o liberados por leyes y otras normas, en el marco del actual estado de emergencia, sin que medie solicitud de por medio, con el objetivo de agilizar los pagos.

Estas medidas inmediatas y de respuesta a la crisis generada por la pandemia han ocupado un lugar importante en nuestra agenda, pero son parte de planes más amplios asociados a diversas mejoras relacionadas a la transformación digital y Fintech. Dentro de ese conjunto de medidas, se inscriben algunos desarrollos recientes, como la próxima emisión de una regulación que actualiza los criterios para el ingreso de nuevas entidades. También está prevista una actualización significativa de nuestro marco de seguridad informática que aborda temas necesarios para el desarrollo de un adecuado sistema de servicios financieros digitales, al desarrollar expectativas en procesamiento en la nube, identificación, autenticación y programas de ciberseguridad.

Asimismo, estamos preparando requerimientos adicionales que busquen facilitar el desarrollo de pilotos y proyectos innovadores. Posteriormente, evaluaremos como ello se integraría eventualmente con un sandbox; y, tenemos en progreso estudios asociados a las opciones disponibles para el desarrollo del open banking y otras medidas apropiadas a la realidad del país. En ese sentido, la SBS conoce en profundidad y explora las acciones que vienen tomando otros reguladores. Sin embargo, con frecuencia estas ideas deben adaptarse o evaluar su conveniencia en el marco de las condiciones locales. Existen muchos temas nuevos en los que difícilmente puede identificarse hoy una mejor práctica reguladora, sino por el contrario existen algunas áreas de interés que deben ser adaptadas al caso peruano y cuya conveniencia debe ser evaluada.

Finalmente, debemos asegurar que las nuevas soluciones estén disponibles para todos. Un primer esfuerzo en esa dirección es asegurar que cualquier persona que así lo requiera pueda contratar servicios con el sistema financiero peruano. En ese sentido, mediante oficio múltiple, se precisó que son de aceptación obligatoria diversos documentos de identidad, tales como el carnet de refugiado y el permiso temporal de trabajo, con el fin de atender cualquier duda regulatoria que pudiera estar referida a los medios disponibles de identificación de los ciudadanos extranjeros que radican en el Perú. Esta es una medida muy importante que cierra algunos vacíos de interpretación que había tenido como consecuencia que pudiera generarse una exclusión financiera a algunos colectivos de otras nacionalidades residentes en el Perú.

Existen programas de gobierno que buscan lograr una mayor inclusión financiera para todos, base necesaria para una mayor inclusión social, como por ejemplo la apertura de cuentas como parte de los programas de subsidio gubernamentales, o las cuentas bancarias basadas en el DNI. La SBS, desde su propio rol, acompaña y facilita en el marco de sus facultades las actividades necesarias para la consecución de estos importantes objetivos nacionales.



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