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Control de tasas de interés: el mejor aliado de la informalidad financiera

Este tipo de políticas restringe el crédito, aumenta la concentración del mercado y detiene el proceso de inclusión financiera.

Cada cierto tiempo, sobre todo en situaciones de crisis económica como la que vivimos actualmente, vuelve al debate el tema de control de precios para los bienes y servicios básicos. Si bien el objetivo es proteger a las familias que han visto afectados sus ingresos por efecto de la crisis, la experiencia nos ha demostrado, una y otra vez, que este tipo de políticas termina generando la escasez de estos bienes y servicios; y, fomentando mercados informales en los cuales el consumidor termina pagando más.

Y, el sistema financiero no se escapa de este debate, que se centra en las tasas de interés que las entidades financieras cobran por los créditos de consumo (incluyendo las tarjetas de crédito) y a las pequeña y microempresas. Hace algunos días, la Comisión de Economía, Banca, Finanzas e Inteligencia Financiera del Congreso de la República anunció que está trabajando en un proyecto de ley para controlar las tasas de interés del sistema financiero. Pero, no sería el primero. Hace algunos meses, esta Comisión presentó el proyecto de ley N° 5250-2020 denominado: “Ley que dispone la regulación de tasas de interés máximas en el sistema financiero”, el cual plantea que el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) establezca tasas máximas que se aplicarán exclusivamente a los créditos de consumo realizados a través de tarjetas de crédito, préstamos revolventes y no revolventes, préstamos de libre disponibilidad y préstamos comerciales para la adquisición de bienes y servicios.

Y, como en el sector real, las consecuencias de este tipo de iniciativas legislativas en el sistema financiero son ya conocidas: restricción del crédito -que impedirá seguir avanzando en el proceso de inclusión financiera y desarrollo económico del país- y la concentración del mercado -ante una eventual salida de aquellas entidades especializadas en créditos de consumo y a microempresas-. A su vez, esta situación podría tener un impacto negativo en la estabilidad del sistema financiero, mientras que a muchas personas no les quedaría otra alternativa que acudir a los informales por créditos, pagando tasas de interés bastante más altas.

Diversos estudios teóricos y empíricos han abordado la discusión sobre los efectos de imponer límites a las tasas de interés[1]. Desde el punto de vista más simple, si se tratase al mercado de crédito como cualquier otro mercado, el control de precios llevaría a una restricción de oferta. Sin embargo, este mercado opera de una manera diferente, pues se basa en una promesa de pago futuro que puede cumplirse como no. En este sentido, un control de tasas de interés tenderá a restringir el acceso al crédito, especialmente para aquellos potenciales clientes que, de acuerdo con el análisis que realicen las empresas del sistema financiero de su capacidad de pago, tengan menor probabilidad de cumplir con el compromiso de pago.

De esta manera, la aplicación de un tope a las tasas de interés generaría una restricción del crédito y perjudicaría, principalmente, a los deudores con menores ingresos debido a que generalmente tienen mayor tasa de incumplimiento de pago. Las tasas de interés que cobran las empresas del sistema financiero deben permitirles cubrir sus costos de fondeo, sus gastos operativos y el componente de riesgo asociado al incumplimiento de pago. En este sentido, la aplicación de un límite máximo tendría un efecto contrario al deseado, toda vez que en promedio la relación observada entre el ratio de incumplimiento[2] de los deudores y sus ingresos mensuales es negativa.

Como se aprecia en el cuadro siguiente, los deudores de créditos de consumo con ingresos mensuales promedio de S/ 1,000 o menos tienen una probabilidad cinco veces mayor de incumplir con el pago de su deuda que los deudores que tienen ingresos mensuales de S/ 20,000 o más; consecuentemente, muchos deudores con ingresos bajos se quedarían sin poder acceder al crédito formal.

Ratio de incumplimiento (RI) en el segmento de créditos de consumo
según rangos de ingresos
 

La experiencia internacional de países vecinos, que usualmente se utiliza como argumento para justificar este tipo de medidas, también nos muestra que están lejos de ser exitosas.

  • Chile: La Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras de Chile (SBIF, 2017)[3] estimó que al tercer año de la aplicación de la Tasa Máxima Convencional , entre 151 mil y 227 mil potenciales clientes habría dejado de tener acceso al crédito en las instituciones con operaciones fiscalizadas por la SBIF.
  • Colombia: Estrada et al. (2008)[4] encuentran para el caso de Colombia, que la existencia de un límite a la tasa de interés activa del sistema ha afectado negativamente el nivel de profundización financiera.
  • Bolivia: Según Miller (2013)[5], la imposición del límite a las tasas de interés llevó a una significativa disminución de entidades que buscaban licenciarse.
  • Un estudio realizado para un grupo de 18 países de América Latina, en el periodo comprendido entre 1980 y 2008[6], encuentra que la existencia de un límite restrictivo a las tasas de interés está relacionada negativamente con el nivel de profundización financiera para el conjunto de economías latinoamericanas.

¿Cómo se determinan las tasas de interés?

Como señalamos, el mercado de crédito opera de una manera diferente, porque se basa en una promesa de pago futuro que puede cumplirse o no. El precio del dinero o las tasas de interés que cobran las entidades financieras están determinadas por cuatro factores: i) la posible pérdida que les genera no recuperar los créditos que colocan por la falta de pago de los deudores (riesgo de crédito); ii) lo que les cuesta fondearse o las tasas de interés que tienen que pagar por los recursos que obtienen para realizar la intermediación financiera; iii) el costo operativo; y, iv) la ganancia que esperan obtener por los servicios que prestan con la intermediación.

En primer lugar, generalmente, el riesgo de crédito constituye el componente principal de las tasas de interés. Este riesgo de crédito depende del perfil de riesgo asociado al segmento de clientes al cual se dirigen, el cual está en función de factores como los ingresos del deudor, su grado de informalidad, el historial crediticio y las garantías que presente, entre otros. A su vez, se trata de un componente que muestra una significativa heterogeneidad entre las entidades financieras.

El costo del fondeo depende de factores como el tamaño de la entidad financiera, la estructura de sus pasivos (depósitos, emisiones en el mercado de capitales, préstamos de bancos del exterior) y su perfil de riesgo (solvencia, liquidez, rentabilidad, entre otros). Este componente tiene una menor dispersión entre instituciones.

En el caso del costo operativo, su principal componente es el gasto en personal, el cual está influenciado por factores como el tamaño del crédito, el plazo y la frecuencia de pago, pero también depende de la facilidad de acceso a distintas zonas geográficas. Otros gastos en los que incurre una entidad financiera están relacionados con el diseño e implementación de un sistema para prevenir y mitigar los riesgos que enfrenta o la expansión de puntos de atención[7], entre otros. En el siguiente cuadro, se muestra la estructura de las tasas de interés implícitas[8] de los créditos de consumo por grupo de entidades.

Estructura de las tasas de interés de los créditos de consumo por grupo de entidades

 

Como se mencionó anteriormente, el perfil de riesgo del cliente representa uno de los factores más relevantes para la determinación de las tasas de interés, lo que se constata con la relación directa que existe entre las tasas de interés y el ratio de incumplimiento de pago. De esta manera, los grupos de entidades 1 y 2 (grandes bancos y demás empresas, respectivamente), que atienden a más del 50% de los clientes de créditos de consumo, se dirigen a un segmento de clientes que presenta ratios de incumplimiento entre 5% y 6%, y cobran tasas de interés promedio que oscilan entre 34.1% y 37.6%. En el otro extremo, están las empresas pequeñas especializadas en el segmento de consumo, que atienden a un reducido grupo de clientes que representa menos del 15% del total de clientes y cobran tasas de interés promedio de 92% a clientes que registran ratios de incumplimiento cuatro veces más altos (21.3%).

Créditos de consumo: tasas de interés promedio, ratio de incumplimiento y
número de deudores

A diferencia de los créditos dirigidos al sector empresarial, el mercado de créditos de consumo se caracteriza por ser poco homogéneo, con entidades que se orientan a diferentes segmentos de clientes. Esta segmentación, en cuanto a clientes, montos, productos y tasas de interés, ha sido alentada por el dinamismo observado en este mercado en los últimos años, debido a factores como el crecimiento de la economía, la incorporación de nuevos clientes al sistema financiero, la oferta de nuevos productos de créditos de consumo y la expansión de las tiendas por departamento y electrodomésticos en diferentes zonas de Lima y provincias.

El desarrollo de herramientas para evaluar mejor el riesgo crediticio y la mayor segmentación han fomentado la competencia entre las entidades financieras por capturar o mantener a los deudores que tienen trayectoria de ser buenos pagadores. Esta competencia por los que ya son clientes del sistema financiero ha ido acompañada de un proceso permanente de incorporación de nuevos clientes (bancarización); y es porque siempre se están incorporando clientes (que no tienen historial crediticio) que no se observa una disminución significativa de las tasas de interés promedio, a pesar de la mejora de las tasas ofrecidas a los clientes que son buenos pagadores.

El gráfico siguiente muestra cómo ha venido creciendo el número de deudores personas naturales del sistema financiero. Este ha aumentado de 3.4 millones de personas a fines del 2008 a casi 7.4 millones al cierre del año pasado. El porcentaje de la población adulta que accede a un crédito de consumo en el sistema financiero se ha incrementado de 19.8% en el 2008 a un 35.3% en la actualidad.

Número de deudores personas naturales
en el sistema financiero

Tareas pendientes

Pese a los avances logrados, todavía hay todo un trabajo por hacer para que las tasas de interés del sistema financiero sigan bajando. Pero este objetivo no se logra con controles de precios ni estableciendo tasas máximas, sino con mecanismos que promuevan la incorporación de nuevos clientes y una mayor competencia.

 ¿Qué se puede hacer? Proveer mayor información a través de la central de riesgos, incluyendo, por ejemplo, la información de las cooperativas de ahorro y crédito y las plataformas fintech. También, la información de los usuarios de las empresas que brindan servicios públicos permitiría a las entidades financieras realizar una evaluación crediticia más completa de los potenciales clientes, especialmente de los informales, para que este segmento pueda acceder a los servicios financieros.

Es importante señalar que, desde el año 2005, la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) ha venido desarrollando un marco regulatorio y de supervisión robusto de ordenamiento y eliminación de gastos y comisiones asociadas, entre otros, a operaciones de créditos, lo que ha permitido una mayor transparencia de precios. Así, en la actualidad, las tasas de interés efectivas que cobran las entidades financieras incorporan todos los servicios que resultan esenciales o inherentes a la operación crediticia, eliminando cualquier tipo de cargo adicional.

Asimismo, la SBS -en asociación con otras entidades del sector público y privado- viene impulsando programas de educación financiera en todo el país con el objetivo de promover una inclusión financiera responsable. Es indispensable desarrollar competencias y capacidades en la población, con la finalidad de que los ciudadanos puedan administrar correctamente sus finanzas, tomar mejores decisiones financieras, evitar quedar expuestos a situaciones que afecten su bienestar financiero y negociar mejores condiciones crediticias.

 

[1] En particular, el documento del Banco Mundial (octubre 2014), titulado “Interest Rate Caps around the World: Still Popular, but a Blunt Instrument” de Samuel Munzele Maimbo y Claudia Alejandra Henriquez Gallegos (http://documents.worldbank.org/curated/en/876751468149083943/pdf/WPS7070.pdf), encuentra a partir de la evidencia empírica que en la mayoría de países donde se ha aplicado topes a tasas de interés, los efectos han sido predominantemente negativos.

[2] De acuerdo con el estándar de Basilea, el ratio de incumplimiento o probabilidad de default se define como la proporción de deudores que migró desde una situación de cumplimiento en los pagos a una situación de incumplimiento durante un horizonte temporal de un año. Se considera incumplimiento en los pagos a atrasos mayores a 90 días.

[3] SBIF (2017). Tercer Informe Anual sobre los efectos de la aplicación de la Ley Nº20.715 Tasa Máxima Convencional. https://www.sbif.cl/sbifweb3/internet/archivos/publicacion_11605.pdf

[4] Estrada, Dairo; Murcia, Andrés y Penagos, Karen: Los efectos de la tasa de interés de usura en Colombia. Coyuntura Económica, 2008, 38(1), pp. pp. 45–57

[5] Interest rate caps and their impact on financial inclusion.

[6] Laura Capera, Andrés Murcia y Dairo Estrada. Reporte de Estabilidad Financiera, marzo 2011: Efectos de los límites a las tasas de interés sobre la profundización financiera.

[7] En los últimos 5 años el sistema financiero ha incrementado su presencia en más de 600 nuevos distritos, alcanzando a la fecha al 85% de los distritos del país.

[8] La tasa de interés implícita se calcula como el ratio de ingresos financieros en los últimos doce meses sobre el saldo promedio de la cartera en el mismo período.



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